Estamos en pleno verano
y el calor es elevado. Lo que ocurre es que ese calor también se hace presente
en nuestras elaboraciones reposteras y no siempre para mejorarlas. En este
caso, vamos a hablar de un ingrediente esencial en la repostería y que, a
menudo, no es muy compatible con la época estival. ¿Qué nada debo usar para
cada postre? ¿Cómo estabilizo la nata para que el calor del verano no estropee
mi tarta? ¿Son todas las natas iguales?
La
nata es un ingrediente estrella en el mundo de la repostería. Este ingrediente
está presente en muchas de las elaboraciones reposteras que cada día realizamos
en nuestras cocinas pero no siempre resulta igual de fácil usarla debido a sus características
y a la existencia de diversos tipos que se adecuan a cada receta y que sin duda
es necesario conocer para que el resultado sea el que buscamos.
La temperatura de la nata, la de nuestra cocina, etc. son
factores que pueden afectar directamente a este producto y al resultado que nos
ofrezca. No dudéis en que la nata hay que montarla siempre “muy fría”. ¿A quién no se le ha cortado
alguna vez la nata al montarla? Pues eso, yo iría más allá y me atrevería a
decir que, si podéis meter la varilla de montar y el bol en el frigorífico una
hora antes de montarla muchísimo mejor.
¿Qué dónde está la clave? Pues es muy
fácil. La clave se encuentra en el porcentaje
de materia grasa que lleve nuestra nata. En el mercado encontramos diversos
tipos de natas en el que el porcentaje de materia grasa va a ser diferente. En
función de la elaboración que pretendemos realizar deberemos hacer la elección
de una y otra. Para ello, vamos a hacer un repaso de los tipos de natas más
comunes y la elaboración para la que se suele usar.
¿Cuántos tipos de nata hay? Allá van las
más comunes:
- Crema de leche o
nata de cocinar:
Esta nata es la que solemos usar para cocinar. También se le suele denominar “nata
ligera” y se caracteriza porque su índice de grasa es más bien bajo. En este
caso, lo que solemos necesitar es que espese un poco nuestra receta por lo que suele
usarse para hacer salsa para la pasta, salsas especiadas para carnes, etc. Su
índice de materia grasa oscila entre 15-18% incluso puede llegar a tener un
23%. Al contener menos grasa es más ligera y más sana que el resto.
- Nata de montar: Es aquella nata cuyo porcentaje de
materia grasa es más elevado. Estamos hablando de una nata con una
concentración de grasa entre un 30-35% (incluso a veces, algo más) Es aquella
que encontramos en el supermercado como “nata para montar” y que
tradicionalmente usamos para elaborar postres y aportar materia grasa a
nuestros pasteles. Aquí, debemos hacer una distinción. Normalmente para cualquier
elaboración repostera con emplear esta es suficiente. Ahora bien, si lo que
queremos es usar la nata para decorar
nuestras tartas haciendo filigranas con las mangas pasteleras debemos usar
una nata con un porcentaje de materia
grasa superior al 35%. ¿Por qué? Muy sencillo, porque aportará mayor
estabilidad a la nata y no se nos vendrá abajo una rato después de terminar el
postre. Esta nata, también denominada “Nata
vegetal” (38% m.g.) es la más usada por las pastelerías de nuestro barrio
por su textura y nivel de estabilidad.
- Nata de Untar: Esta nata es menos común pero suele
encontrarse en el mercado con un porcentaje de materia grasa muy elevado
(50-55% m.g.) debido a su consistencia tipo “queso”.
Por tanto, ¿qué nata usaría
yo? Pues depende. Está claro que para cualquier elaboración que lleve nada
y vaya a ser integrada en la receta mezclado como un ingrediente más, yo usaría
la nada de montar con un 35% de materia grasa (vamos, la de “montar” de
Mercadona). Sin embargo si lo que quiero es rellenar pasteles tipo; Palitos de nata, decorar tartas o rellenar un
Brioche, etc, yo sin duda usaría la nata
vegetal (38% m.g). ¿Dónde la puedo
encontrar? Pues normalmente no la puedes encontrar en el supermercado de
barrio pero sí en almacenes más especializados donde suelen venderlas en formatos
de litro a un precio no muy alto. Yo la encuentro sin problema… ¡No dudes en
preguntarme si quieres saber donde! (jejeje).
Por tanto, no dudes en que hay una
nata que se adecuará sin duda a tu receta y su elección será fundamental para
terminar con éxito. Todos los postres que hagamos con nata se pueden congelar, por lo que, si estamos en una época del
año muy calurosa y queréis conservar vuestros pasteles más tiempo no dudéis en
meterlas a la nevera… al descongelarse estarán como recién hechos.
¿Hay algún truco para montar bien la
nata? Yo te
recomiendo que, además de la temperatura como antes mencioné la montes siempre
con una amasadora. La batidora de toda la vida nos servirá evidentemente pero
una varilla de amasar nos proporcionará un montado mucho más agradable.
Recuerda siempre que si quieres que tu nata esté más dulce debes añadirle
azúcar. Lo ideal es que la añadas cuando ya la nata esté montando. Cuando veas
que la nata está cogiendo una consistencia adecuada añade el azúcar poco a poco
(y si es azúcar glass mucho mejor ya que evitará que notemos la textura de los
granos de azúcar).
Para mí, descubrir la nata vegetal
fue todo un acontecimiento ya que sin duda otorga a mis creaciones una toque
profesional que sin duda no la aportan otras natas del mercado, así que… ¿Por
qué no te atreves a probarla?