Hace algún tiempo que no
aparecía, pero… ¡qué mejor manera de "reaparecer" que con esta
estupenda tarta con forma de "Muñeca de comunión"! No tengáis ningún
miedo de hacerla porque si bien es cierto que tiene mucho trabajo… ¡Con paciencia y
ayuda todo se puede!
La ocasión merecía hacer una tarta muy especial. En un primer
momento tuve miedo y fue por eso que tuve que llamar a dos de mis tías “Excelentes
reposteras de toda la vida” para que me ayudaran… ¡Por suerte no dudaron en
echarme una mano para que todo saliera a la perfección! ¡Vaya equipo!
Como iba diciendo, la
ocasión merecía algo más que una tarta “tradicional” de comunión y aunque es
cierto que ya tenía en mente algunas ideas con “buena pinta” no fue hasta unos
días antes de la esperada cita cuando se me ocurrió la idea de hacer esta tarta
que os muestro en este post.
Si miras en internet y
buscas y... buceas y... rastreas... encontrarás muchas ideas pero… una cosa es verlo en
la pantalla del móvil y otra es… hacerla en casa. ¡Uff!
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Una de las primeras ideas |
Por eso, lo primero que debes hacer es
saber es plantear en un dibujo (esbozo) de la tarta cómo quieres hacerla y la
cremas que quieres meterle… ¡Yo lo hice! ¿Qué para qué? Pues para saber el
tiempo que puede llevarte hacerla y poder comprar todos los ingredientes que
vas a necesitar…
Así que, una vez que
tienes claro lo que quieres hacer… ¡Es hora de ponerte manos a la tarta! Y…
comencé a dar los primeros pasos…
1)
Lo primero que vamos a hacer (además de elegir la muñeca afortunada)
es el bizcocho y las cremas… para luego montar la tarta. Ya sabes que aquí en
el blog tienes todos los pasos para hacer los bizcochos de la tarta
(tradicional, de chocolate, etc).
3)
Después, nos hicimos la base de la tarta, toda ella recubierta de
una capa de fondant rosa y… sobre ella colocamos la muñeca. (¡No olvídes
envolverla en papel film es más higiénico si quieres que la muñeca siga siendo
útil después de la tarta).
4)
Y por último fuimos poniendo capas de bizcocho y crema hasta conseguir
la forma de la falda. Mi tía, previamente, había desnudado a la muñeca y la
vistió de nuevo haciéndole la ropa con fondant blanco (¡haciendo padrones y
todo…!) para recubrirla finalmente de unos rosetones de nata (38% m.g) que le
dieron el toque “chachi”.
Lo cierto es que os
engañaría si os dijera que esta tarta es fácil de hacer. Para nada. Fuimos tres
personas las que trabajamos en ella durante seis horas pero… el resultado
mereció la pena. ¡Al fin y al cabo la ocasión lo merecía! ¡La cara de Paula al
verla lo dijo todo!
Aun así, ya sabéis que
aquí en el blog encontraréis todos los pasos para poder hacer las cremas y todo
lo necesario en una tarta así. ¡No dejéis de consultarme vuestras dudas!